Hemos volado desde Madrid, tras toda la noche viajando. Cuando por fin hemos llegado al aeropuerto Leonardo da Vinci, el autobús nos recibió con Paquito el chocolatero y nos trasladó a Castelfusano, donde dormiríamos estos días.
Enseguida hemos cogido el metro a Roma centro, y hemos paseado por los alrededores de la plaza de España y la Fontana de Trevi. No ha dado mucho más de sí esta tarde, y mañana será otro día, que seguro que cundirá más.